Las monedas de los Juegos Olímpicos de la antigüedad

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Los primeros Juegos Olímpicos pierden su rastro en la historia temprana de Grecia. Comenzando con un solo evento, local y con poco público, pasan a formar el estándar de virtud y deportividad por excelencia del mundo antiguo.

El certamen se celebraba en Olimpia, junto al Altis (un bosque sagrado al pie del monte donde Zeus derrotó a su padre Cronos). Allí los locales de la vecina ciudad de Pisa erigieron un templo al Zeus Keraunos, que luego fue rededicado a Hera, hermana y esposa de Zeus, al levantarse un templo mayor dedicado al Zeus Olímpico, mas apropiado para la popularidad que Olimpia y los juegos estaban teniendo en la cultura helena.

Los juegos tenían una frecuencia de cuatro años y era tal su renombre, que se llegó a tomar como medida de tiempo: cuatro años equivalían a una «olimpíada» y los registros de la época eran datados según el tiempo de los últimos juegos.

Elis emitió moneda que solo circulaba durante los cinco días de juegos, luego era demonetizada y por su belleza, atesoradas como recuerdos de los viajeros que se acercaban a presenciarlos desde todas partes. Para obtener estas piezas y unificar la moneda circulante, los viajeros debían entregar su plata en el templo de Zeus y a cambio recibían monedas de Elis con una pequeña diferencia de peso a favor del templo, la cual era usada para su mantención. Este era otro motivo por el cual las monedas no podían ser usadas fuera de Olimpia, la cual al no ser una ciudad, tampoco tenía actividad regular mas allá de la atención a los dioses y los juegos.

Las monedas de los Juegos Olímpicos de la antigüedad

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