por Santiago Blanco*
La presente serie de notas, no tiene otra finalidad más que la de brindar una lectura amena al lector, ofreciendo algunas notas «de color» y datos que pueden resultar curiosos, a la vez que buscan difundir la numismática desde una mirada distinta a la que ofrece el estudio académico y metodológico de la misma. La selección de historias y anécdotas que se han incluido, por ende, no sigue ningún orden secuencial lógico, sino que responden al siempre arbitrario y subjetivo capricho del autor. Espero con sinceridad que los lectores encuentren, cuanto menos, divertidas estas breves líneas.
- Monedas griegas tan pequeñas que se llevaban en la boca
Las monedas antiguas griegas son conocidas por su belleza artística, presentando incluso magistrales diseño grabados sobre cospeles de plata de tan sólo unos pocos milímetros de diámetro. Los distintos submúltiplos de la dracma, en principio, se acuñaban con un contenido metálicos, peso y tamaño en proporción equivalente a su valor. Como consecuencia, existían monedas minúsculas que, para no perderlas, los griegos acostumbraban a llevar en la boca. Es memorable el pasaje de Las Avispas, de Aristófanes (comediógrafo griego que vivió durante los siglos V y IV a.C.), que menciona esta cuestión: cuando entro en casa con el salario, todos corren a abrazarme, atraídos por el olorcillo del dinero; en seguida mi hija me lava, me perfuma los pies y se inclina sobre mí para besarme; me llama «papá querido» y me pesca con la lengua la moneda de tres óbolos que llevo en la boca.
Imperio Aqueménida. Ceca desconicida Cilicia (ca. 400 BC)
AR Tetartemorion. 4.5mm., 0.19 gramos (Imgur image by blueberries4beagles)
- Seis monedas para cruzar el Río Sanzu
Esta es una leyenda propia del budismo, por lo que tiene gran difusión dentro de la cultura japonesa. Según la tradición, cuando se llega al fin de la vida terrenal, durante el camino al más allá, el alma del difunto debe atravesar el Río Sanzu (三途の川; Sanzu-no-kawa), que literalmente, significa «Río de los Tres Cruces». Este río, se presupone que está ubicado en una región convenientemente desolada y remota del norte de Japón: en el Monte Osore. El alma del fallecido puede cruzar por tres puntos distintos; ya sea un vado, un puente o un cruce de aguas profundas infestadas de serpientes. El lugar de paso, obviamente, depende de la cantidad de acciones malas que se hayan cometido en la vida terrenal. Si el difunto fue una buena persona, cruza sano y salvo por el puente, que está adornado con piedras preciosas; si su balance kármico está equilibrado, cruzará por el vado; pero si causó grandes males durante su vida, se verá obligado a pasar por el paso lleno de serpientes.
«El Río Sanzu de Jūō-zu», de Tosa Mitsunobu (ca. 1489)
En los funerales japoneses se suele enterrar a los muertos junto a seis monedas que le servirán para pagar su paso. Hoy en día, se utilizan simbólicamente monedas modernas o fantasías de papel. Sin embargo, entre las familias más tradicionales, se colocan seis monedas tipo cash, ya que la tradición de este pago se remonta hasta el Periodo Edo (explícitamente se habla de 六文銭 rokumonsen, es decir, «seis monedas de 1 mon). Más aún, antes era bastante común el hecho de dormir con seis monedas bajo la almohada, en caso de que el fallecimiento se produzca mientras uno estaba durmiendo, por lo que era oportuno tener a mano las piezas.
La posesión de estas seis monedas, se cree, permitirá al alma poder cruzar por el puente de los «buenos», evitando ser objetivo de las torturas y del juicio de Datsue-ba y Keneō, quienes en definitiva (según el peso de tu ropa o tu piel si el muerto llega desnudo), eran quienes decidían por qué paso le correspondía cruzar. El difunto puede ofrecer en pago las seis piezas que posee, demostrando así su arrepentimiento de los males cometidos durante su tiempo de vida.
La imagen de las seis monedas o rokumonsen fue adoptada como emblema por el clan Sanada, por lo que este motivo puede apreciarse en el kimon (o «cresta») familiar y en los estandartes del clan. Debido a que el Río Sanzu (la muerte, en sí) separa a uno de la familia, la adopción de este símbolo por parte de Unno Yukiyosh quiere expresar que él era un hombre tan dedicado que ni siquiera le temía a la muerte.
La creencia del «Río de los Tres Cruces» guarda notable similitudes con el mito griego de Caronte y el pago de un óbolo al barquero para que el alma sea trasladada hasta la otra orilla del Río Estigia.
Pintura que representa a Sanada Masayuki. En sus ropajes, se pueden ver las seis monedas de 1 mon (六文銭 rokumonsen) que conforman el emblema del clan Sanada.
Seis monedas de con valor de 1 mon cada (六文銭 rokumonsen) en el estandarte del clan Sanada (Sanada Yukimura fue uno de los más famosos guerreros del Japón feudal)
Los columnarios daneses
Durante los siglos XVII y XVIII, los daneses lograron establecer un pequeño emporio comercial en las costas africanas. El epicentro mercantil se localizaba en Christiansborg (actual Acra, en Ghana). A esta zona se la conocía como la «Costa Dorada Danesa», área geográfica que les rendía beneficiosos productos tales como, oro, marfil y esclavos. Estos últimos eran llevados hasta el Caribe, dónde los navíos Compañía Danesa de las Indias Occidentales y Guinea recogían plata española, además de otros productos como tabaco, ron y azúcar, los cuáles se comercializaban en Europa.
Entre los años 1771 y 1776, los daneses acuñaron en la ceca de Copenaghue (más tarde también en Königsberg, Prusia), monedas de plata específicamente destinadas al comercio con Extremo Oriente. Claro, por aquella época, en Asia, eran muy conocidas y muy bien reputadas las monedas de plata hispanoamericanas (los famosos columnarios), por lo que el reino nórdico, se tomó la licencia de imitar (casi copiar) los diseños, el peso y el módulo de las soberbias piezas de reales de a ocho de plata que eran tan bien recibidas en China, especialmente. No obstante, esta acción de penetración comercial no se trató de un simple y vil plagio, sino que los diseños iconográficos fueron adaptados a la heráldica propia, así como también las leyendas de las monedas, que pasaron a ostentar los títulos del rey danés. En reverso se leía: GLORIA EX AMORE PATRIAE, y abajo, la inscripción ISLAN GRÖNLAN FERÖ.
Los coleccionistas han apodado (erróneamente) a estas monedas como «piastras de Groenlandia», y actualmente son rarísimas.
Dinamarca. Cristian VII (rey de Dinamarca y Noruega: 1766-1808). Dólar de comercio de plata, 1777. Ceca: Kongsberg (Prusia) KM: #639.2
- Monedas francesas perforadas en el arsenal de Saigón
Antes de que las autoridades francesas acuñaran numerario especialmente destinado a servir como moneda en Cochinchina (zona meridional de Vietnam, en torno al delta del Mekong), en la colonia circularon piezas de la III República Francesa de cobre con ínfimo valor facial (1 centime tipo Ceres), producidos en el taller monetario de Bordeaux en 1875. En 1878, en las dependencias del arsenal de Saigón, aproximadamente 10.000 de estos ejemplares fueron perforados toscamente en el centro, asimilando (aunque sea en parte), la forma de una sapeca o moneda cash fundida local (y esta manera, equiparando su valor al de éstas).
El hecho de que un año después se acuñaran a máquina, en la ceca parisina, monedas de bronce que imitaban a las sapecas fundidas (eran circulares, con un agujero cuadrado central) para circular exclusivamente en Cochinchina, demuestra que los colonialistas querían forzar la aceptación de sus monedas entre los habitantes nativos, ofreciéndoles por consiguiente, un producto acabado similar a las monedas con las que estaban familiarizados por un continuo uso multisecular de las mismas.
Francia: 1 céntime, 1875. Ceca: Bordeaux. Ejemplar con perforación aplicada en 1878 en el arsenal de Saigón para forzar su circulación entre la población nativa de Cochinchina. Cobre. Ø = 15 mm; 0,95 g.
- Por la gracia de Dios…
Una vez finalizada la Guerra Civil Española, el general Francisco Franco quedó como líder absoluto del Estado Español. No tardaron en empezar a circular monedas que llevaban su retrato, además de la leyenda FRANCISCO FRANCO CAUDILLO DE ESPAÑA POR LA GRACIA DE DIOS. La ocurrencia popular, al ver lo que las piezas proclamaban, y haciendo uso de un sutil juego de palabras, comenzó a decir de forma jactanciosa: «Francisco Franco, caudillo de España porque Dios es gracioso».
Estado Español: 5 pesetas, 1949 (*1950) Cuproníquel. Ceca: Madrid. En anverso se puede leer: FRANCISCO FRANCO CAUDILLO DE ESPAÑA POR LA GRACIA DE DIOS
Bibliografía
- ALEDÓN, J. (2005): El euro y la peseta. Catálogo de mercado 2005, A. E. Vivar, San Sebastián.
- CANO BORREGO, P. (2014): «Los dólares de Groenlandia, o los Columnarios daneses», en Numismático Digital: https://www.numismaticodigital.com
- GILBOY, F. (1999): The milled columnarios of Central and South America. Spanish American Pillar Coinage, 1732 to 1772, Regina, Saskatchewan.
- HARTILL, D. (2011): Early Japanese Coins, Authors OnLine Ltd,
- JUDKINS, M. y MICHAEL, T. (2017): Standard Catalog of World Coins, 1901-2000, 44º Edición, Krause Publications.
- SCHMIDT, T. (2018): Standard Catalog of World Paper Money. Modern Issues. 1961-Present, 24º Edición, Krause Publications.
* Miembro de la Societat Catalana d’Estudis Numismàtics (SCEN), de IFINRA y de ADVENTVS Numismática Antigua.