Las monedas paraguayas de 1870: ¿quién era Shaw?

por Horacio Morero

Artículo publicado en El Sitio N° 19 del Instituto Uruguayo de Numismatica de junio de 2016.

El monetario paraguayo presenta cinco monedas con la fecha 1870: tres hechas en Inglaterra en valores de 1, 2 y 4 centésimos, con la inscripción SHAW, y de impecable manufactura; y dos monedas de 4 centésimos acuñadas en un lugar todavía no develado, una con la inscripción SAEZ en el reverso y otra sin esa palabra. Estas dos últimas monedas se conocen como los “crudos paraguayos”, por su imperfecto cospel y acuñación defectuosa.

Algunos de los interrogantes que existían en torno de estas monedas ya encontraron, por suerte, respuestas muy contundentes. Otras incógnitas se mantienen vivas.

Yendo a las dudas que fueron resueltas, debemos citar el trabajo que nuestro amigo y Miembro de Honor del Instituto Uruguayo de Numismática, Gustavo Pigurina, presentó el 11 de octubre del año pasado en el marco de las Jornadas Uruguayas de Numismática. Ese trabajo, titulado “Identificación de la letra monetaria ‘H’ de las monedas de cobre de 1869” (1), fue reproducido recientemente en “El Sitio” N° 18, de marzo de 2016. Aunque el objetivo de Pigurina, como el título lo dice, fue apuntar a las monedas uruguayas acuñadas en 1869, ese trabajo aportó también información clave sobre las tres monedas de Paraguay de acuñación inglesa que llevan la fecha 1870, tal como veremos a continuación.

Pigurina en su trabajo presentó una carta, que volvemos a reproducir aquí para ilustrar image001al lector, extraída de un catálogo editado por la casa acuñadora “The Mint, Birmingham Limited, formerly Ralph Heaton & Sons”[1] según consta en su tapa. Como escribió Pigurina, “Dicha página luce un título en inglés, obviamente, que hace referencia a la acuñación en bronce para las Repúblicas de Uruguay y Paraguay y contiene el texto de una carta dirigida a esa ceca, el 23 de julio de 1878, suscrita por Chas. J. Shaw y Co. En ella, menciona que tiene el placer de certificar que el contrato para acuñación de monedas de bronce encargada con vuestra firma en 1870, por la República Oriental del Uruguay y la República de Paraguay, fue ejecutado muy eficientemente y mereció la satisfacción de los Gobiernos de los respectivos países”. Esta carta confirmó definitivamente que la letra H de las monedas uruguayas hace alusión a la Heaton Mint o Birmingham Mint como ya se denominaba en los años 70 del siglo XIX. Y también confirmó (aunque no existían dudas sobre este dato) que las monedas paraguayas de bronce de 1, 2 y 4 centésimos, con la inscripción SHAW pero sin la letra H de la ceca, fueron acuñadas en la mencionada ceca inglesa.

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El propio Pigurina, en un párrafo adicional, aclaró: “Cabe recordar que en ambas acuñaciones intervino como intermediaria la firma Shaw Hnos. y Co., a tal punto que ese apellido luce en el reverso de las monedas paraguayas de 4, 2 y 1 centésimos de 1870, llevando a error sobre el carácter de su única zintervención como empresa contratista”. Y es sobre este punto que nos queremos detener en este artículo, para ampliar y enfatizar un dato clave que nos pareció que había quedado en un segundo plano en el trabajo de ese autor: quién fue Shaw. Para explayarnos sobre este tema le pedimos autorización a Pigurina, quien fue el descubridor de este hallazgo al presentar la documentación correspondiente. Con la humildad y gentileza que lo caracteriza a nuestro amigo Gustavo, obtuvimos su complacencia para hacer algunos aportes más sobre este punto, aprovechando una investigación que habíamos realizado sobre la familia Shaw en 2015 en relación con otra temática, que en aquel momento no imaginábamos que iba a tener luego esta conexión.

Tasset grabador; Shaw contratista

Como el contratista y la casa acuñadora fueron los mismos, no debe sorprender entonces que el diseño de las monedas paraguayas tenga semejanzas con el de las piezas uruguayas, al menos en una de sus caras (el reverso).

Sin embargo y como es sabido, la primera tanda de monedas uruguayas de 1869 fueron hechas en París y llevan la letra A. En el borde y a las 5 horas aproximadamente del reverso, tienen la inscripción TASSET. ¿Quién fue Tasset? Ernest Paulin Tasset fue un renombrado escultor y grabador parisino (1839-1921), discípulo del famoso grabador francés Eugène André Oudiné (1810-1887). Tasset trabajó para la Casa de Moneda de París (Monnaie de Paris) y dejó su nombre, como ya dijimos, grabado en los reversos de las monedas de nuestro país de 1869.

La segunda tanda de las monedas uruguayas que llevan el año 1869 fueron fabricadas en Birmingham, llevan la letra H de la Heaton Mint pero mantuvieron el diseño (tanto anverso como reverso) de las hechas en París, incluyendo el nombre del grabador francés TASSET (la Heaton Mint naturalmente usó los cuños abiertos en París).

Las paraguayas fechadas en 1870 mantuvieron en su reverso un diseño parecido al de las uruguayas. Particularmente esto se cumple en el número 4, grabado dentro de una circunferencia con azur y con una cinta con la leyenda CENTESIMOS arriba de la circunferencia. Pero los dos ramos de laureles atados abajo y con un moño que secundan al número 4 en el caso de las monedas uruguayas, fueron reemplazados en las piezas paraguayas por dos ramos de olivo unidos arriba por un lazo y separados abajo. Adicionalmente, las monedas paraguayas llevan el año 1870 en la parte inferior del reverso, mientras que en las uruguayas la fecha 1869 se encuentra en el anverso.

Pero lo relevante para nuestro análisis es la posición de la inscripción SHAW, que al ser la misma que la de TASSET, llevó a pensar que el apellido SHAW correspondía también a un grabador. Sin embargo y como ya fue documentado, SHAW es el apellido del contratista que firma la carta, Chas. J. Shaw & Co. “Chas.” es la abreviación en inglés de Charles y “J.” es la inicial del nombre James[2]. Pigurina menciona en su reciente trabajo que este descubrimiento le fue comunicado en 1969 al por entonces presidente del Instituto Uruguayo de Numismática, Ramón Ricardo Pampín, quien a su vez se lo habría transmitido al destacado numismático paraguayo Carlos Pusineri Scala, autor a principios de los años 60 de “La Moneda de 1870” (2), el primer trabajo exhaustivo sobre estas monedas paraguayas. En ese estudio Pusineri menciona que SHAW es el grabador de las piezas[3]; y si bien ese trabajo fue escrito antes de que Pigurina sacara a luz su hallazgo, Pusineri en años siguientes (posteriores a 1969) escribió varios trabajos sobre la materia (por ejemplo “Historia de la moneda paraguaya Siglos XVI al XIX” (3) en 1992) y siguió afirmando que SHAW era el grabador a pesar del dato que le habría transmitido nuestro ex presidente Pampín.

En suma, han pasado ahora casi 50 años desde ese hecho que cuenta Pigurina, y parecería que la información no se divulgó lo suficiente en la nación hermana del Paraguay. En efecto, en la tercera edición (2013) del catálogo bilingüe de “Monedas y Ensayos del Paraguay” (4), de Miguel Angel Pratt Mayans, en la página 65 aparecen las tres monedas acuñadas en 1870, de 1, 2 y 4 centésimos, y allí figura correctamente que fueron acuñadas/struck en Birmingham, pero aparece por error que Shaw es el grabador/engraver.

Sólo en el catálogo de monedas mundiales de Krause y Mishler (5), en sus múltiples ediciones, aparece esta información correcta, pero presentada de una forma que quizás pase desapercibida para el lector. En efecto, luego de la breve presentación geográfica e histórica de Paraguay, y antes de entrar en la catalogación de las monedas propiamente dicha, en ese catálogo se presentan algunos datos de las casas acuñadoras y de los sistemas monetarios que rigieron en las distintas etapas históricas (se hace esto con cada país); dentro de esos datos preliminares, el capítulo de Paraguay contiene información sobre Contratistas (Contractors en inglés) y allí se cita a Chas. J. SHAW como representante de la ceca de Birmingham o Ralph Heaton (textualmente, en inglés, Krause y Mishler dicen: (Chas. J.) SHAW – for Ralph Heaton, Birmingham Mint).

Para cerrar esta sección, trataremos de abordar las mismas dudas que le pueden haber surgido al lector, imaginándonos la posibilidad de una coincidencia celestial: ¿y si el apellido Shaw está detrás, al mismo tiempo, del contratista y del grabador? ¿no habrá sido Shaw un grabador inglés que por pura coincidencia llevó el mismo apellido que el contratista residente en Montevideo? Tenemos dos argumentos sólidos para descartar esta posibilidad un tanto extravagante. En primer lugar, ninguna de las monedas acuñadas por la ceca de Birmingham para otros países lleva la inscripción SHAW; las de Paraguay son las únicas. Y en segundo término, hemos consultado bibliografía especializada sobre grabadores ingleses y ninguno de los cuatro apellidos Shaw que aparecen en el Diccionario Biográfico de Grabadores de Medallas y Monedas (6), de Leonard Forrer, puede asociarse con las monedas de Paraguay de 1870. Edmund Shaw o Shaa y John Shaw o Shaa (tío y sobrino), fueron grabadores del siglo XV. El tercero de la lista, J. G. Shaw,  falleció en 1860, antes de la acuñación de las monedas paraguayas. Y el cuarto Shaw de la lista, una mujer de nombre Kathleen, nació en 1870 justamente, por lo que también queda descartado.

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Queda entonces por dilucidar quién fue el grabador que, tomando como base las monedas uruguayas de 1869, diseñó las paraguayas con fecha 1870. Por alguna razón su nombre no quedó estampado y la ceca de Birmingham prefirió “homenajear” de alguna manera a la firma contratista, Shaw.

¿Quién fue Charles J. Shaw?

Pasaremos ahora a reproducir algunos datos que publicamos en “El Sitio” N° 13 de diciembre de 2014. En las páginas 18 a 26 de ese boletín aparece una investigación que realizamos sobre “Las fichas de las estancias ‘Las Margaritas’ y ‘La Hortensia’, de Adolfo Shaw”, ubicadas en el Departamento de Soriano. No imaginamos, en aquel momento, que la información que publicamos pudiera tener conexión con la numismática paraguaya.

image012La genealogía de los Shaw en el Río de la Plata empieza con John (Juan) Shaw Stewart, quien nació en Glasgow, Escocia, y emigró a Buenos Aires en 1842, iniciando el próspero camino de esta familia escocesa en estas tierras. En la vecina orilla, Juan Shaw prosperó como comerciante: fue importador de maquinaria agrícola y otros insumos y fundador de la casa de comercio “Juan Shaw e Hijos”, que también operó en Montevideo en la Ciudad Vieja. Las primeras referencias las encontramos en la Guía Comercial, Industrial y Particular de Montevideo (7), de 1869: Juan Shaw figura como comerciante domiciliado en la calle Buenos Aires 150; y la firma Shaw Hermanos y Cía, también comerciantes, en la calle Misiones 132. Posteriormente, en el directorio de Uruguay del Handbook of the River Plate (8), de 1885, John Shaw figura como importador domiciliado en la calle Rincón 21, y el siguiente aviso publicitario de 1916, extraído de la Revista de la Asociación Rural del Uruguay (9), ubica a esta firma en la misma calle pero en los números 402 a 418 (en otras referencias que encontramos la dirección aparece como Rincón 414 puntualmente). En Argentina “introdujo el primer molino, el primer arado de acero y otros implementos agrícolas entonces desconocidos para el campo argentino. Además, la firma Shaw fue también la primera concesionaria de los automóviles Ford” (10). John o Juan Shaw Stewart se casó en Escocia en 1841 con Mary MacLean y tuvieron 12 hijos. Juan Shaw falleció en Buenos Aires el 27 de junio de 1897.

Uno de los 12 hijos de John Shaw y Mary MacLean fue Charles James Shaw MacLean, quien nació en Buenos Aires el 20 de febrero de 1847. Charles Shaw se casó el 15 de junio de 1870 con la montevideana Flora Parker Wells, tuvo siete hijos[4] y falleció el 14 demarzo de 1895 en Montevideo. Todos los datos indican que Charles fue el primer Shaw en radicarse en Uruguay, para atender los negocios de la familia en Montevideo.

 

El eslabón perdido

Pusineri Scala en “Las Monedas de 1870” (2) expone los aspectos legales que precedieron la acuñación de las monedas paraguayas de ese año. Primero nos cuenta que el gobierno provisorio, formado por Rivarola, Díaz de Bedoy y Loizaga, y que asume el poder el 15 de agosto de 1869, “dispone mandar acuñar moneda, solicitando a comerciantes de plaza, ‘presenten presupuestos para la acuñación de moneda de cobre’. Las firmas Carlos Ressing y Conlazo, y el señor Vicente H. Montero presentaron sus proyectos de contrato, de acuerdo con lo solicitado por el gobierno provisorio. Estudiados esos proyectos, por la Comisión designada para tal efecto, se aceptó la propuesta del señor Montero para la emisión de moneda. Sin embargo, no se concretó esta acuñación, debido a dificultades surgidas en el seno del mismo gobierno”.

La historia continúa casi dos años después y Pusineri Scala la documenta tomando el Libro de Actas del Congreso Legislativo de la República del Paraguay, desde el 25 de febrero hasta el 30 de diciembre de 1871. A mediados de 1871 y durante la presidencia constitucional de Cirilo Antonio Rivarola, las Cámaras de Diputados y Senadores vuelven a estudiar los dos proyectos mencionados. Tras varias idas y venidas, recién el 24 de agosto de 1871 el Senado y la Cámara de Diputados reunidos en Congreso sancionan con fuerza de ley la acuñación de monedas de uno, dos y cuatro centésimos; según el Artículo 1° de esa ley, ya citada en el año 1900 en el trabajo de catalogación de monedas y medallas paraguayas que hizo Enrique Peña (11), “Apruébase el contrato celebrado por el Gobierno del Triunvirato con el señor Vicente H. Montero, sobre la acuñación de moneda de cobre…”. Es muy probable entonces que la llegada de estas monedas y su puesta en circulación date entonces de la primera parte de 1872. Según documentación que aportó Pusineri, basada en el periódico “Nación Paraguaya” del 9 de octubre de 1872, las monedas de cobre ya estaban en plena circulación en esa fecha pero eran de tan poco valor que una parte del comercio las rechazaba.

En toda esta historia Shaw es el eslabón perdido. Es natural suponer que Vicente H. Montero, “comerciante de plaza”, o sea comerciante paraguayo y adjudicatario del contrato gubernamental, subcontrató a la firma Shaw radicada en Montevideo. Es lógico pensar también que la firma Shaw, integrada por una familia de origen escocés como ya vimos, tenía contactos comerciales muy estrechos con la ceca de Birmingham y por eso le otorgó a esta firma inglesa el contrato de acuñación de monedas para la República del Paraguay.

Una digresión como cierre: Shaw y las monedas uruguayas

Para terminar, y aunque no es el centro de este artículo, no podemos dejar de hacer una mención a la relación existente entre Shaw y las monedas uruguayas que llevan la fecha 1869 acuñadas en la ceca de Birmingham. Es conocido que esas monedas fueron fabricadas a propuesta de los señores Carve, Farini y Gotuzzo, quienes lograron que el gobierno del general Batlle aceptara la iniciativa presentada para acuñar cobre por un valor total de 300.000 pesos.

Revisando la bibliografía existente sobre la acuñación de estas monedas, y a diferencia de lo que ocurre con las piezas de Paraguay, encontramos que muy tempranamente don Francisco N. Oliveres soldó todos los eslabones. En efecto, en su pionero y notable trabajo de 1923 (“Apuntes sobre Numismática Nacional” (12)), Oliveres dice en la página 86 que “Puestos de acuerdo, Farini, Carve y Gotuzzo obtuvieron en nombre propio la concesión y, conjuntamente con Nebel, Esteves y Bustamante, contrataron con la antigua firma de esta plaza Shaw Hnos, y C.a, la importación de los famosos trescientos mil pesos, pagando a la firma Shaw a razón de seis reales y cuarto el kilo de moneda de cobre, puesto en la Aduana de Montevideo”. Oliveres sigue explicando que de acuerdo con el contrato los 300.000 pesos en monedas de cobre debían pesar 150.000 kilos. Por lo tanto, la firma Shaw cobró 93.750 pesos[5]. Como Farini, Carve y Gotuzzo le habían ofrecido al gobierno un canon de 100.000 pesos para realizar la acuñación, el contrato le produjo a los concesionarios un beneficio de 106.250 pesos[6]. Oliveres se refiere a este beneficio económico diciendo (sic): “Fué este negocio del cobre famoso en su tiempo, un desgraciado capítulo de la administración del general Batlle, que redundó en perjuicio del país y de su gestión de gobernante y puso en tela de juicio su honradez”.

Como conclusión podemos decir entonces que ya en 1923 Oliveres tuvo muy claro el papel que jugó la firma Shaw. Sin embargo, Oliveres en la página 87 afirma por error que “Farini, Carve y Gotuzzo, mandaron acuñar la moneda de cobre en París” como habían hecho los contratistas (Zorrilla) de la primera partida de monedas, que llevan la letra A.

En otro libro clásico, “El régimen monetario del Uruguay 1829-1955” (13), de Odicini Lezama, no encontramos ninguna referencia a Shaw. Y también se afirma por error (en la página 81) que la segunda acuñación de monedas con fecha 1869 fue realizada por los contratistas Farini, Gotuzzo y Carve en Francia.

Pigurina, en su libro “Numismática Uruguaya Estudio Sistemático” (14), de 2006, hace referencia en la página 107 a la acuñación, en 1869, de nuevas monedas de bronce. Y dice: “Una, acuñada en el Atelier del Hotel des Monnaies, en París (Francia), por lo que luce la letra monetaria ‘A’ en el reverso…”. Y más adelante: “La otra, con la letra monetaria ‘H’ del establecimiento ‘The Mint, Birmingham, Limited’ de ‘Ralph Heaton and Sons’ de Birmingham (Inglaterra)… Actuaron como contratistas las firmas de los Sres. Carve, Farini y Gotuzzo, en acuerdo con la de los Seres. Nebel, Estevez y Bustamante, interviniendo como importador la firma Shaw Hnos. y Cía.”

Finalmente, en un trabajo más reciente, “Vales y Cobres (1867-1871)” (15), de Avilleira, en el capítulo “Monedas de cobre segunda emisión” se hace referencia al contrato ganado por Amaro Carve, José P. Farini y Manuel Gotuzzo (páginas 38 y 39); también se menciona el pleito iniciado en 1871 por Fernando Nebel contra Carve, Farini y Gotuzzo (página 45), pero no se hace ninguna mención al rol que jugó la firma Shaw en la acuñación.

Artículo completo (PDF) Las monedas paraguayas de 1870: ¿quién era Shaw?

Bibliografía:

(1)      Pigurina, Gustavo. “Identificación de la letra monetaria ‘H’ de las monedas de cobre de 1869”, “El Sitio” N° 18, marzo de 2016, páginas 5 a 7.
  • Pusineri Scala, Carlos Alberto. «La Moneda de 1870», publicado en el Anuario de la Academia Paraguaya de la Historia, 1965.
  • Pusineri Scala, Carlos Alberto. “Historia de la moneda paraguaya Siglos XVI al XIX”, Editorial Don Bosco, Asunción, Paraguay, 1992.
  • Pratt Mayans, Miguel Angel. “Monedas y Ensayos del Paraguay”, Tercera Edición, 2013, Impreso en AGR Servicios Gráficos S.A.
  • Krause, Chester L. y Mishler, Clifford. “1996 standard catalog of World Coins”, Colin R. Bruce II, Editor, 23 rd. Edition, Krause Publications, página 1690.
  • Forrer, Leonard. “Biographical Dictionary of Medallists, Coin, Gem, and Seal-Engravers, Mint-Masters, Ancient and Modern, with Reference to their Works”, vol. 5 [R-S], 1912.
  • Liefrink, Jean Jacques. “Guía Comercial Industrial y Particular de Montevideo”, Primera Edición, 1869 a 1970, Montevideo, Imprenta de La Tribuna, calle 25 de Mayo núm. 89, 1869.
  • “Handbook of the River Plate, comprising the Argentine Republic, Uruguay and Paraguay”, M. G. and E. T. Mulhall, Buenos Aires, E. T. Mulhall, 1885.
  • “Revista de la Asociación Rural del Uruguay”, Número 4 y 5, abril y mayo de 1916.
  • Morucci, Miguel Angel. “La estancia ‘Las Marías’ y sus fichas de esquila”, Cuadernos del Centro Numismático Buenos Aires (CNBA), N° 114, Enero-Junio 2003, página 27.
  • Peña, Enrique. “Monedas y Medallas Paraguayas”, Revista del Instituto Paraguayo, Año III, Número 24, 1900.
  • Oliveres, Francisco N. “Apuntes sobre Numismática Nacional”, Montevideo, Imprenta ‘El Siglo IIustrado’, de G. V. Mariño, 1923.
  • Odicini Lezama, Antonio. “El régimen monetario del Uruguay 1829-1955”, Talleres Gráficos del Banco de la República, 1958.
  • Pigurina de Medina, Gustavo O. “Numismática Uruguaya Estudio Sistemático”. Ediciones El Galeón, Montevideo, 2006.
  • Avilleira, Javier. “Vales y cobres (167-1871). Canelones, 2013.
[1] La traducción al español sería “La Ceca, Birmingham Limitada, anteriormente Ralph Heaton e hijos”.
[2] Este dato lo extrajimos del sitio web South American Brits Database, http://sabrits.co.uk/Home.php.
[3] En una parte del trabajo Pusineri afirma inclusive que Shaw era un “grabador muy conocido en aquella época”.
[4]Uno de los hijos de Charles y Flora fue Adolphus (Adolfo) Edward Warren Shaw Wells, el propietario de las estancias “Las Margaritas” y “La Hortensia”, cuyas fichas estudiamos en el mencionado artículo que se publicó en “El Sitio” N° 13.
[5] Seis reales y cuarto el kilo eran 625 milésimas de peso o 62 y medio centésimos. Por entonces ya regía el sistema métrico decimal y 10 reales conformaban un peso (en la época colonial, 8 reales conformaban un peso).
[6] En realidad, como comenta Oliveres, hubo dos firmas de contratistas involucradas: Farini, Carve y Gotuzzo y Nebel, Esteves y Bustamante. Ambas firmas hicieron una colusión en perjuicio del gobierno para no competir. Farini, Carve y Gotuzzo ganaron oficialmente el contrato de concesión, pero luego en forma conjunta contrataron a Shaw Hnos, y C.a. Pero en 1871 Nebel, Esteves y Bustamente le iniciaron un juicio a sus socios, lo que marca que no se respetó el pacto de distribución de utilidades.

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