El Banco Central heredó de la Caja de Conversión en 1935, varios problemas relacionados con la moneda subsidiaria, es decir las piezas del circulante monetario que tuvieran un valor de $ 5 y sus fracciones inferiores. En 1896 habían comenzado a circular monedas de cuproníquel de 5, 10 y 20 centavos, pero dejaron de acuñarse las piezas de cobre de 1 y 2 centavos, porque el valor del metal era superior al valor facial de circulación.
Por requerimiento al Banco Central de varias entidades comerciales e industriales, en 1939 se acuñaron nuevas monedas de cobre de 1 y 2 centavos, de 2 y 3 gramos de peso respectivamente, para solucionar el faltante de esos valores en el circulante subsidiario.
También el Decreto N° 45.560 del 27 de octubre de 1939, disponía la emisión de la moneda de 50 centavos, de níquel puro con tolerancia de 20 milésimos, peso justo de 6 gramos con tolerancia de 10 miligramos, un diámetro de 24 milímetros y canto acanalado.
La nueva moneda de 50 centavos reemplazaba al billete del mismo valor porque tenía mayor duración de circulación, era más higiénica y concentraba en una sola pieza varias monedas de cuproníquel, facilitando el pago de transacciones menudas. Además se proyectaba la acuñación de una moneda de $ 1 que “(…) se llevaría a cabo una vez conocida la experiencia de las nuevas piezas de níquel puro de la denominación de 50 centavos” .
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Buenos Aires, julio de 2019
Daniel A. Rey
Subdirector del Museo Histórico y Numismático «Héctor Carlos Janson»
Banco Central de la República Argentina
San Martín 216 – Ciudad Autónoma de Buenos Aires