Por Jorge A. Madonna/Luciano Pezzano
No es inapropiado afirmar que el canto de las monedas –su tercera cara– está un poco descuidado por los numismáticos, ya que rara vez se muestra su imagen en catálogos o subastas, solo se cita su tipo y en algunas ocasiones, su condición (si presenta golpes, daños, etc.).
Es así que los cantos de las primeras monedas patrias no han sido objeto de estudios detenidos. En su fundamental obra Sesquicentenario de la Primera Moneda con el Sello de la Patria, Jorge N. Ferrari apenas dedica unas líneas al canto, señalando el posible simbolismo de la sustitución de la cadena por el laurel (Ferrari, 1963), hipótesis interesante, pero que no tiene en cuenta la historia del cordoncillo en las monedas coloniales, como mucho tiempo después señaló uno de los autores del presente artículo (Pezzano, 2006). Luego, Fernando Ruiz Calderón, sin hacerse eco de este último trabajo, realizó algunas conjeturas sobre el origen del canto (Ruiz Calderón, 2008), que también fueron discutidas por uno de los autores del presente artículo (Pezzano, 2015), pero en ninguno de los casos los cantos fueron analizados en profundidad.
Fue así que, decididos a profundizar en cuanto sea posible en el conocimiento de nuestra primera acuñación independiente con un análisis integral de esta amonedación, nos propusimos indagar sobre su canto encontrando algunas curiosidades que consideramos importantes compartir con otros investigadores e interesados.
Nos remontaremos unos siglos atrás de nuestras monedas patrias para entender el proceso de fabricación del canto. El cercenamiento de las monedas comprometía al emisor puesto que las transacciones se hacían manteniendo el peso y ley del metal de la moneda como garantía y medio de pago; cortarle trozos, limarla o perforarla iba en detrimento del peso oficial y esa moneda ya no podía ser utilizada para transacciones mayores por la falta de peso. La moneda macuquina se prestaba para esta práctica y creaba la inseguridad de no saber bien si se estaba recibiendo el valor correcto o menos; la incorporación del acordonado fue un gran avance para la solución definitiva a esta problemática. Veamos a continuación cuándo nace el acordonado y su evolución en la moneda colonial española hasta llegar a nuestras monedas patrias.