Amonedación de la Provincia de La Rioja: De Cepeda al Banco De Rescates (1820-1825)

Publicado en el Jornario de las XXXVII Jornadas Nacionales De Numismática Y Medallística, Centro Filatélico y Numismático de San Francisco, San Francisco, 2018. pp. 121-127.

por Mariano Cohen

Como muchos de ustedes saben, estoy hace tiempo incursionando en monedas riojanas y su historia. Ya publiqué un capítulo en un libro, dos artículos y tengo otro en preparación por lo que decidí hacer un resumen, agregando nuevos datos, como para aclarar el panorama.

Contexto político

La Rioja se independizó definitivamente de la Intendencia de Córdoba en marzo de 1820, poco después de la batalla de Cepeda que determinó la caída del régimen directorial y del Congreso Constituyente, siendo su primer gobernador el general Francisco Antonio Ortiz de Ocampo, quien había ejercido el mismo cargo en Córdoba en 1814, hasta ser reemplazado por José Javier Díaz, promotor de la Primera Casa de Moneda Provincial allí.

Luego de varias idas y vueltas, en octubre de ese año asumiría su enemigo Nicolás Dávila, ex subjefe de la división riojana en el cruce de Los Andes, quien contaba con el apoyo clave de Juan Facundo Quiroga, jefe militar del departamento de Los Llanos.

Facundo se había destacado en la defensa patriota ante una rebelión realista en San Luis en febrero de 1819, encabezada por ex funcionarios chilenos que habían cruzado Los Andes luego de la ocupación sanmartiniana, hecho que le dio renombre en todo Cuyo y pasó a ser pieza clave en la provincia.

Dávila contó con su incondicional apoyo y se concentró enseguida en la acuñación de monedas, instalándose en su ciudad, Nonogasta, Chilecito, en enero de 1821, y delegando la gobernación en la capital a José Benito Villafañe, quien con los años se transformaría en el lugarteniente más fiel de Quiroga[1].

Primeras amonedaciones

Gracias a las investigaciones profundas de Emilio Paoletti y Fernando Chao[2] hoy 1sabemos que las primeras piezas que salieron fueron las de 2 reales macuquinas con fecha de fantasía 738. Pudimos confirmar, gracias a Luis Laniado, que existían desde tiempo atrás, ya que él ubicó en el archivo de Catamarca un documento de enero de 1821, mencionado por Segreti en 1975[3], donde son expresamente mencionadas las monedas riojanas, lo que las ubica en el final del conflictivo 1820.

2Le seguirían los 4 reales de 1821, y luego los dos reales del mismo año con la aparición del  toponímico  RIOXA por primera vez, aunque la obsesión de Dávila era conseguir acuñar monedas de cordón.

Lugar de acuñación

Todas las macuquinas riojanas tienen en común la sigla A en el noveno cuartel. Cuando viajamos a la zona con Fernando Chao en 2015 lo primero que confirmamos con los habitantes locales  fue que al menos la callana de fundición y el banco de rescates (ellos lo mencionan como “Casa de Moneda”, incluso vimos una pintura en un museo de Chilecito donde se la denomina así) se encontraban en la localidad de Anguinan, a unos 5 kilometros de Nonogasta donde se había instalado el gobernador.

Aún hoy se ve la construcción abandonada junto a una casa y una gran acequia a su lado, al pie de los cerros.

Por lo tanto A significa Anguinan, sin lugar a dudas. Como antecedente  recordemos que en el decreto del entonces Director Supremo Martin Pueyrredón de mayo de 1819[4], se mandaba crear un banco de rescates y una callana de fundición en la zona y se otorgaba en merced a los mineros que se instalaran “el pueblo de indios nombrado Anguinan”, además de la nunca instalada segunda casa de moneda de Córdoba.

Pueyrredón renunciaría pocos meses después delegando el mando en José Rondeau, hasta la mencionada batalla de Cepeda  que inicio la “anarquía del año XX”.

El cuartillo de Rondeau

Aquí llegamos al que creo mi mayor descubrimiento, que a esta altura doy por confirmado: la acuñación en Chilecito del mítico cuartillo de Rondeau.

3

Esta pieza fue enviada al Congreso Federativo de Córdoba, promovido por su Gobernador Juan Bautista Bustos en octubre de 1821. La Rioja mando allí al sacerdote Pedro Ignacio de Castro Barros[5], quien también había representado a la provincia en la Asamblea de 1813 y en el Congreso de Tucumán, llegando a presidir este en algunas sesiones. También fue el nexo en el envío de útiles de la vieja casa de moneda cordobesa a Dávila y futuro rector de la Universidad provincial.

Las monedas de cordón fueron aceptadas por un decreto del gobernador para circular[6], pero con una emisión relativamente pequeña debido a la oposición de Buenos Aires al Congreso, en particular  de parte de su ministro de gobierno Bernardino Rivadavia, futuro acérrimo enemigo de Bustos y de Quiroga, que finalmente lo haría fracasar.

Sabemos de la existencia de más de 20 ejemplares hoy. Las piezas fueron recibidas y aceptadas, lo que explica que casi todas aparecieron en Córdoba con rastros de haber circulado profusamente. Hay un largo detalle sobre los porqué de esta atribución en el libro Monedas Argentinas de Emergencia, presentado en la inauguración de las Jornadas Nacionales de Tucumán en 2016 y me llevaría una charla entera explicarla; sepan disculpar la omisión[7].

4También realiza un tosco ensayo de 2 reales circular fechado 1821 similar a las piezas patrias, con la sigla R de Rioja[8] que envía para su aprobación a Buenos Aires. El único conocido estuvo en la colección Peña, gran numismático nacido en 1848, por lo tanto es casi imposible rastrear su origen previo. Hoy se supone que está en el Museo de Lujan; aunque hice gestiones para verlo en mano aún no pude concretarlo.

1822

Sigue con las macuquinas cada vez más cuidadas y cada año con algo más de estriado en canto que el anterior. En 1822 vemos las de 2 reales con muchas variantes, incluida una con roseta debajo de la fecha similar al real, el que por su bella hechura y rareza da para pensar que era una prueba. La única conocida de 4 reales está en conservación casi flor de cuño, en el museo del Banco Provincia, lo que reafirma que es un ensayo.

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A todo esto, las monedas riojanas ya tenían gran consideración en todo el Norte y Cuyo, a diferencia de las tucumanas de plata mucho más baja. Mencionemos aquí el resello Fidelidad de Mendoza, decidido a fines de 1823 para distinguir piezas originales en medio de una gran crisis; solo se conoce sobre riojanas y alguna mendocina[9].

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1823

Año altamente conflictivo, nuevamente con macuquinas, aunque mucho más raras y los rarísimos ensayos circulares de 1 real en sus dos variantes; no descarto que la primera haya sido acuñada a fines de 1822.

 7

Están claramente inspiradas en el contemporáneo decimo de Buenos Aires, especialmente la segunda variedad, mucho más cuidada con cuyos cuños se hizo además 1 escudo, primera moneda de oro acuñada en territorio argentino. Todos los ejemplares que pude examinar (1 de cada una) tienen el canto totalmente liso.

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Este año se desató una lucha de poder que venía de tiempo atrás entre Facundo y el gobernador Dávila. Este quería contar con una junta provincial más favorable e intentó derrocarla. Se dirimió en la batalla de El Puesto en mayo en la que vence Quiroga, lo que  explica la mayor rareza de las piezas de este año, ya que inmediatamente dejaron de acuñarse.

Asumió la gobernación por única vez, solo  tres meses, y luego la delegó en Baltazar Agüero, quien enseguida puso manos a la obra en pos de organizar una ceca en la capital provincial.

 

1824

Los meses restantes transcurren los preparativos en los cuales Facundo aparece como el mayor colaborador e interesado[10], comienzan las acuñaciones con fondos provinciales a fines de marzo, cuando envían ejemplares de 1 real a cada uno de los departamentos provinciales, y también a Córdoba y a Buenos Aires, solicitando fueran aprobadas para circular. De lograr eso hubieran sido sin duda mucho mayores las emisiones, pero nunca ocurrió por localismos y temas políticos.

De estos realitos conocemos tres tipos bien diferenciados: 9 pares de laureles, 8 pares y 8 a un lado del escudo y 9 al otro.

  9

Respecto a su orden cronológico, como al principio se hacían pocas y luego más abundantes, sospecho que las más raras son las del primer y segundo envío documentados; además poseo un ejemplar que aquí pueden ver fotografiado de 9 pares de laureles cuyo sol parece fondo espejo, hecho que me da a pensar que fue el primero, siempre dentro de la teoría.

10

De ser así las últimas, acuñadas en forma masiva, fueron las de 8 pares de laureles, relativamente abundantes aún hoy.

Hay documentos que certifican durante ese año cuatro envíos a Buenos Aires y Córdoba,  incluyendo las primeras de 2 escudos en oro, mencionadas expresamente[11]. Siempre respondían “muchas gracias” y que serían enviadas a reconocer para luego autorizar circulación pero… nada.

11

Estas piezas cuentan con las siglas DS, las cuales a pesar de amplios debates no se han podido descifrar a la fecha. La única teoría que se nos ocurre es “Sociedad de Directores”, pero nada sabemos al respecto.

1825

Al resultar oneroso a la provincia y casi inviable, Agüero decide incluir a capitalistas privados. Consigue luego de largos meses de gestiones a ocho riojanos que ingresan 1000 pesos cada uno y con eso acuñan las piezas con la sigla Ca (compañía) de 2 soles y la muy rara de 1 real en 1825[12].12

Nótese aquí la diferente denominación, otro misterio que se repetirá a lo largo de los años. Las más abundantes, 2 y 4, en soles; las de 1 en reales, que pronto dejaron de acuñarse y las de 8 o peso fuerte en reales, aunque estamos casi seguros que estas últimas circulaban poco y se usaban para atesoramiento o exportación.

La Famatina

En el ínterin consiguen interesar a un grupo de capitalistas de Buenos Aires comandados por Braulio Costa, quienes fundan una compañía para colocar acciones en el mercado bursátil de Londres, la “Famatina Mining Company”. La idea era colocar  500 mil pesos en 2500 títulos de 200 pesos cada uno. Nótese la diferencia con los 8 mil de la compañía anterior.

Los accionistas porteños ingresarían un cuarto del capital, estas piezas tienen la sigla Ca De B AS, confundiendo respecto a su significado. Siempre se las mencionó como Compañía de Buenos Aires, cosa que descarto.

13

B AS se refiere a Banco de Rescates cuyo estatuto conocemos gracias a Carlos Segreti[13] y fue autorizado por el gobierno provincial en septiembre de 1825.

Era imposible en esa época (y aún hoy) mencionar a Buenos Aires en una pieza acuñada en el interior por la más que justificada mala imagen porteña allí…

Anverso y reverso

No tengo intenciones de inmiscuirme en la eterna polémica acerca del anverso y el reverso de las primeras monedas patrias, pero en estas no puede haber dudas, ya que el estatuto se refiere expresamente a ello.

Bajo el subtítulo de “Operaciones de Elaboración y Sello de la Moneda”, el Art. 40 dice: “El sello de la moneda será, por un lado el sol, con esta inscripción: Provincias del Rio de La Plata, y al reverso, el escudo nacional, con la siguiente: En Union y Libertad, Rioja y el año”.

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[1] CHAO, Fernando, COHEN, Mariano, DÍAZ, Roberto y PAOLETTI,  Emilio: Monedas Argentinas de Emergencia 1815-1823,  Buenos Aires, 2016.

[2] PAOLETTI, Emilio: “La macuquina republicana de conveniencia fechada 738”, Cuadernos de Numismática y Ciencias Históricas, Nº 117.

[3] SEGRETI, Carlos: Moneda y política en la primera mitad del siglo XIX, Tucumán, 1975.

[4] ROSA, Alejandro: Medallas y Monedas de la República Argentina, Buenos Aires, 1898.

[5] FURLONG, Guillermo P.: Castro Barros, su actuación, Buenos Aires, 1961.

[6] FERRARI, Jorge y PARDO, Román F.: Amonedación de Córdoba, Buenos Aires, 1951.

[7] CHAO, Fernando, COHEN, Mariano, DÍAZ, Roberto y PAOLETTI,  Emilio: op. cit.

[8] JANSON, Héctor Carlos: La Moneda Circulante en el Territorio Argentino 1574-2015, Buenos Aires, 2015.

[9] CHAO, Fernando, COHEN, Mariano, DÍAZ, Roberto y PAOLETTI,  Emilio: op. cit.

[10] INSTITUTO DE HISTORIA ARGENTINA Y AMERICANA DR. EMILIO RAVIGNANI: Archivo del Brigadier Juan Facundo Quiroga (1815-1827).

[11] ROSA, Alejandro: op. cit.

[12] COHEN, Mariano: “Monedas de la Rioja 1824-29”, Aportes de Numismática e Historia Argentina y Latinoamericana, Nº2 (2016).

[13] SEGRETI, Carlos: op. cit.

 

ARCHIVO COMPLETO EN PDF

(Publicado con autorización del Centro Filatélico y Numismático de San Francisco)

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