Los ensayos monetarios de la ley 733 de 1875

Ariel Dabbah

Los ensayos monetarios son generalmente misteriosos. No solemos contar con fuentes documentales oficiales que den cuenta de ellos, de los motivos de su existencia o su contenido. Mucho menos su origen o por qué finalmente no fueron considerados. Esto suele deberse a una multiplicidad de factores que los rodean. Uno de ellos es que, a diferencia de lo que podría inferirse, los ensayos no suelen ser solicitados, sino que son ofrecidos. Grandes casas de acuñación, públicas o privadas, grabadores particulares, vendedores de máquinas u otros interesados suelen usarlos como artículos de pretensión. Elementos transitorios para mostrar la calidad de un determinado trabajo o proceso. A veces son los mismos directores de Bancos Centrales o Casas de moneda que los utilizan para graficar una propuesta a los funcionarios políticos de turno. O bien las mismas casas acuñadoras los producen para experimentar o probar materiales y procesos. Por ello, escribir sobre ensayos siempre presupone un ejercicio de especulación mayor que con otras temáticas, obligando a una mirada aguda, a un elevado conocimiento del contexto y jugar un poco al rol del detective, coleccionando indicios y teorías.

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